Palabras ciertas sí, pero difíciles de ejecutar. Enamorarse es una experiencia mágica que difícilmente podemos controlar cuando no sabemos amar, nos dejamos llevar por los impulsos y la emoción y en algún punto sentimos que la otra persona nos pertenece y no queremos compartirla con nadie más, los celos se hacen parte del momento y podemos incluso llegar a la agresión con quien consideramos un rival.
Pero ¿por qué? Porque no se amar de otra manera. Porque nadie nos enseñó la diferencia entre amar y depender y muchas veces la forma en la que amamos es el reflejo de lo que nos enseñaron en casa, de las expectativas que nos formamos conforme fuimos creciendo y de alguna manera consideramos que eran sanas.
Y no nos damos cuenta de lo dañinas que pueden llegar a ser hasta que nos encontramos sumergidos en medio de la relación tormentosa que lejos de acercarnos al amor nos hace sentir cada vez más lejos de amor, incluso de nosotros mismos, perdemos nuestra esencia, dejamos de ser quienes somos para cumplir con las expectativas del otro, o como comúnmente lo llaman “para volvernos uno mismo” pero es que uno mismo no puede ser el otro, uno nace individuo y muere como tal, una cosa es tener una pareja y otra muy diferente es mutarse con ella.
Apenas tenemos algo, apenas sentimos que algo es nuestro, nos atenaza el miedo a perderlo. Y mientras más nos apegamos a esa posesión o más amamos a la persona, mayor es ese miedo.
Hay que recordar las perdidas anteriores de niños, ese miedo que muchas veces tenemos arraigado desde la infancia de las perdidas familiares importantes que tuvimos y con las cuales no logramos lidiar.
Tendremos que hacernos conscientes de todas aquellas heridas que nos marcaron para poder soltar, para no tener miedo de perder y sobre todo para aceptar lo más importante en cualquier relación:
Ninguna persona nos pertenece y puede irse si es que así lo desea.
Porque el amor sano y constructivo es aquel que me permite y permite a mi pareja ser quien es, tomar sus propias decisiones y tomar el camino que más le conviene a su vida ya sea que me incluya o no en él, puesto que yo también merezco alguien que me ame por completo y si esa persona no puede ofrecerme el amor que yo merezco lo mejor será continuar con nuestros caminos.
El amor es el respeto y felicidad que te da por la existencia del otro, y así como yo no puedo decidir por el otro y no puedo obligarle a amarme, también me da la oportunidad de saber que quien permanece a mi lado lo hace por decisión personal que aun sabiendo que puede irse elige quedarse a mi lado todos los días.
Fritz Perls nos regaló su pensar sobre el amor que no podría ser más acertado y que nos enseña de manera extraordinaria como amar en libertad:
Yo soy Yo
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo